Quiero expresar mi agradecimiento al Padre Mariano, gestor de este proyecto, por lo que significa para la Comunidad una Casa abierta a sus necesidades.
Asimismo a las personas que me reciben el día Jueves en mis clases de Yoga, (Natalia, Judith, Patricia), por su enorme calidez, así como a Andrea, que fue el puente que me acercó a esta posibilidad de servicio.
Alegría y Bienestar son los sentimientos que me llevo de cada clase y, asimismo, los que se traducen en la mirada de cada alumna. No les alcanzan los brazos para abrazar ni las palabras para agradecer.
Amorosidad plena en el grupo bendito de alumnas.
Enorme Obra que refleja el Amor Infinito de aquella Casa de Nazareth…
Cuando el Amor es el motor, los frutos son abundantes.
Nueva manifestación de Dios, en un compartir que ilumina y enriquece mi Vida.
INFINITAS gracias!!!